Desarrollo sostenible

Desarrollo sostenible

LA LEVADURA OFRECE SOLUCIONES PARA UN MEDIO AMBIENTE SOSTENIBLE

La levadura es un microorganismo asombroso con múltiples aplicaciones. Además de los usos tradicionales como el pan, el queso y las bebidas alcohólicas, las levaduras están hoy en el centro de nuevas soluciones en campos como las prácticas agrícolas sostenibles, la salud, la nutrición y la protección del medio ambiente.

Soluciones para una agricultura sostenible

Las levaduras proporcionan respuestas a muchos desafíos. En agricultura, permiten:

  • Reducciones en el uso de pesticidas y fertilizantes químicos.
  • Reducciones en el uso intensivo de antibióticos y, por tanto, prevención de la resistencia a los antibióticos.
  • La producción de fuentes alternativas de proteínas no cárnicas con menor huella de carbono.

Abonos orgánicos a partir de sustratos de fermentación

Los sustratos sobre los que se cultivan las levaduras contienen nutrientes que los productores de levadura pueden reutilizar, en particular como biofertilizantes ricos en potasio.

Levaduras y derivados de levaduras: excelentes aplicaciones nutricionales y bioestimulantes.

Se han desarrollado nuevas gamas de productos bionutritivos y bioestimulantes a base de levadura para mejorar las condiciones de crecimiento de las plantas y aumentar el rendimiento agronómico al tiempo que se reducen los costes de producción.

Estas soluciones mejoran la fertilidad del suelo y la resistencia de las plantas a diversos tipos de estrés. Se pueden utilizar en cultivos extensivos y cultivos especializados (vid, jardinería, horticultura, etc.) tanto en agricultura convencional como ecológica.

La levadura como herramienta de “biocontrol” para la sanidad vegetal.

El principio del biocontrol se basa en gestionar el equilibrio de las poblaciones de plagas en lugar de erradicarlas. Las levaduras, junto con las bacterias y otros microorganismos fúngicos, se utilizan como soluciones de biocontrol para proteger los cultivos de numerosas enfermedades fúngicas. El uso de estos productos permite proteger los cultivos y al mismo tiempo reducir el uso de pesticidas sintéticos.
Proporcionan así soluciones complementarias o alternativas eficaces para la protección de las plantas, respetuosas con el medio ambiente y sin riesgos para la salud humana. Se seleccionan y desarrollan varias cepas de levadura para actuar de forma preventiva mediante la competencia espacial y de nutrientes. Su capacidad para crecer rápidamente y sobrevivir en una amplia gama de entornos los hace eficaces en la prevención de enfermedades fúngicas como la botritis, la moniliasis, el oídio y el mildiú velloso.

Levaduras para una mejor salud animal.

La salud humana se ve afectada por la salud animal.

La resistencia a los antimicrobianos, ligada al uso excesivo de antibióticos en la ganadería, supone una grave amenaza para la salud animal y, en consecuencia, para la salud humana. Las levaduras se pueden utilizar como probióticos para estimular el sistema inmunológico de los animales, permitiendo así una reducción significativa del uso de antibióticos. También contribuyen al bienestar animal como aditivos alimentarios que:

  • mejorar la microbiota de animales monogástricos y rumiantes.
  • Regular el pH ruminal y reducir los riesgos de acidosis.

La levadura, una nueva fuente de proteínas no cárnicas.

La proteína es esencial para la vida, por lo que necesitamos fuentes de proteína en nuestra dieta. En las sociedades occidentales, entre el 60 y el 70% de las proteínas de la dieta provienen de productos animales, lo que tiene un importante impacto negativo en el medio ambiente. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomiendan una reducción de las proteínas animales en favor de fuentes alternativas no cárnicas, en particular proteínas de origen vegetal. Con el aumento de la población humana (se prevé que alcanzará los 9 mil millones en 2050) y el consiguiente aumento de la demanda de proteína animal, este reequilibrio de las dietas hacia fuentes de proteínas no cárnicas es un problema importante.

bol con levadura

Las levaduras ofrecen nuevas e interesantes formas de afrontar este desafío. En combinación con otras comunidades microbianas, las levaduras se pueden utilizar para fermentar plantas ricas en proteínas, como legumbres (guisantes y frijoles) y mezclas de ingredientes vegetales. Luego, la fermentación mejora significativamente las propiedades organolépticas de los productos terminados y ayuda a aumentar su digestibilidad. De esta manera se pueden producir productos innovadores, como sustitutos del queso sin proteínas lácteas. Por ejemplo, algunos productos lácteos procesados pueden sustituirse por purés de almendras, nueces, guisantes y soja fermentados con levaduras y bacterias.

Además de proteínas, la levadura es rica en fibra, vitaminas y minerales.

Utilizados como condimento o ingrediente de recetas, los extractos de levadura nutricional se pueden agregar directamente a los platos para mejorar sus cualidades nutricionales y su sabor.

Biocombustibles de segunda generación: ¡otro campo en el que las levaduras pueden ayudar!

A través de la fermentación, la levadura transforma la biomasa en alcohol, proceso que es la base para la producción de bioetanol. El bioetanol se utiliza como combustible alternativo, contribuyendo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Recientemente, se han identificado nuevas cepas de levadura para producir biocombustibles a partir de residuos vegetales reciclados o lignocelulosa. Esta solución deja libres tierras cultivables valiosas para producir cultivos alimentarios para el consumo humano

biocombustibles